El delito de administración desleal se produce cuando el administrador se excede en las facultades que le habían sido cedidas sobre un patrimonio ajeno, causando así un perjuicio en dicho patrimonio. Entre las conductas más habituales de administración desleal se encuentran:
- La venta de los bienes administrados a favor de un tercero por un precio inferior al real.
- El contrato con proveedores que ofrezcan peores condiciones que otros.
- Cualquier decisión sobre el patrimonio en la que se excluya una información a sabiendas de la misma.
- La violación de las normas de competencia.
Serían casos de administración desleal el del administrador de fincas que distrae dinero de la comunidad a su propia cuenta, o el de uno de los amigos que tienen una cuenta en común para pagar un viaje y decide disponer del dinero sin el permiso del resto. En ambos casos, el patrimonio se ha gestionado de manera equivocada, causando un perjuicio.
Otro caso habitual de administración desleal se da en los negocios de riesgo. Un negocio de riesgo es aquel en el que por su propia esencia se asume un alto riesgo. El administrador incurriría en un delito de administración desleal cuando realiza determinadas operaciones en las que se excede del nivel de riesgo establecido por la empresa.
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